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Episodio 36

Episodio 36: Una moneda x Reunión x Cambiándose de ropa

Leorio: Parecen estar extremadamente alertas.

Kurapica: Sí. Así es. Fácilmente puedo ver que no somos bienvenidos aquí, amigos.

Goto: Cannary.

Cannary: ¿Si?

Goto: Puedes irte.

Cannary: Ah, si – se retira.

Gon: ¿Tendremos que enfrentarnos a ellos?

Leorio: No, no lo creo, pero no estoy tan seguro. Ellos tienen una posición más allá que Zeburu y esa niña.

Kurapica: De todas maneras hay que ser cuidadoso.

 

Ellos avanzan hacia los mayordomos con cautela, pero se sorprenden pues ellos les hacen una reverencia. Goto toma la palabra.

Goto: Por favor, discúlpenme. Fui mal educado el otro día, pero la señora me pidió que los recibiera como huéspedes formales de la familia y que me esmerara mucho por atenderlos.

Gon: ‘Es el hombre que contestó el teléfono’

Goto: Nos hemos preparado para curar sus heridas. Por favor, entren.

Gon: Después nos encargaremos de eso – avanza unos pasos – ¿Dónde está Killua? - Goto lo mira – Escuche, quiero ver a Killua.

Goto: Creo que usted debe ser el señor Gon. La señora me informó todo al respecto, por favor, entren.

 

Una vez dentro de la mansión de los mayordomos, Goto se separa del grupo para hablar con la señora Kykyo por teléfono.

Goto: Sí, señora. Ya llegaron... Sí, sí... Entiendo... Oh, claro, sí, sí. Que tenga buena noche, le estaré al tanto de todo.

En la sala de la mansión, los amigos de Killua están sentados en un sillón. Sus heridas ya han sido curadas y frente a ellos, sobre la mesita de centro, hay tazas con té y dulces. Frente a ellos hay un sillón vacío, donde se sentará Goto. Los demás mayordomos están repartidos por la sala. Hay un mayordomo de pie a cada lado de Goto y los otros dos, uno a cada lado del sillón donde están sentados Gon, Leorio y Kurapica.  Cannary está presente allí también.

 

Leorio: ¿Estas son las habitaciones de los mayordomos?

Mayordomo: Sí, por favor, siéntanse en casa.

Leorio: Oh, no lo entiendo. Usted dice siéntanse en casa pero no podemos perder el tiempo en una recepción formal.

Mayordomo: Teniendo en cuenta su objeción, el mayordomo en jefe Goto está comunicándose con la casa, por favor, tenga paciencia.

Goto entra en ese momento a la habitación.

Goto: Bueno señor Gon, ¿Cómo está su herida? – toma asiento en el sillón que está frente a ellos.

Gon: Ya estoy bien.

Goto: Oh, me alegro. Lamento no haberme presentado. Soy el mayordomo en jefe. Si necesitan algo, por favor, déjenmelo saber. Siéntanse como en casa.

Leorio: Le agradecemos su hospitalidad, pero estamos aquí para visitar a Killua. Me gustaría que nos condujera a la mansión de la familia para visitarlo, ¿entiende?

Goto: Me temo que eso no será necesario.

Leorio: ¿Qué?

Kurapica: ¿Y eso por qué?

Goto: El amo Killua ya viene en camino para encontrarse con ustedes.

Gon: ¿Killua viene?

Leorio: ¿Está seguro?

Goto: Sí, por favor espérenlo un poco más.

Gon: Siiiiiiii – mira a Leorio – ¡Finalmente podré ver a Killua!

Leorio: Me pregunto cuál será su reacción cuando nos vea.

Todos ríen felices. Se miran entre ellos compartiendo su felicidad.

Goto: De todas formas el tiempo parece alargarse y uno se aburre más cuando tiene que esperar. ¿Por qué no jugamos algo divertido?

Gon: ¿Un juego?

Goto: Sí. Bueno, no es nada difícil y especial. En otras palabras, diría que es nuestra ceremonia de bienvenida. Realmente me gustaría que la jugara con nosotros y que se sientan bien al hacerlo.

Gon: De acuerdo.

Goto: Entonces – saca una moneda de un bolsillo de su chaqueta – Comencemos nuestro juego – lanza la moneda al aire y la atrapa con una de sus manos, luego eleva un poco ambos puños mostrándoselos a los chicos – ¿En qué mano tengo la moneda?

Kurapica, Leorio, Gon: ¡En su mano izquierda!

Goto abre su mano izquierda mostrándoles la moneda en su palma.

Goto: Es correcto, pero ahora lo haré un poco más rápido – cambia la moneda a su mano derecha y la lanza otra vez, atrapándola un poco más rápido – Bueno, ¿en qué mano está?

Leorio: Vaya, esta vez lo hizo más rápido.

Gon: Sí, pero pude verla.

Todos: En su mano izquierda.

Goto abre su mano pero la moneda no está. Los tres se sorprenden, pero Goto da vuelta su mano y saca la moneda de entre sus dedos y la deja caer en su palma – Creo que merecen una felicitación – los cuatro mayordomos aplauden.

Leorio ríe – Esto es realmente fácil.

Goto: Entonces de aquí en adelante jugaremos en serio.

Leorio: ¿Qué dice? ¿Y entonces ahora qué haremos?

Goto: Eso fue como un ejercicio de calentamiento para sus ojos, ahora observen cuidadosamente – Goto lanza la moneda al aire bajo la mirada atenta de los tres. Esta cae lentamente y Goto mueve sus manos de una manera sorprendente confundiendo a los muchachos (algo parecido al truco de las castañas de Ranma) – Bueno, ¿en qué mano está?

Leorio: Eh, no estoy seguro, pero tal vez...

Goto: Por favor, conteste con cuidado. Ahora pasaremos al juego principal.

Leorio: ¿Al juego principal?

Goto: Sí, si se equivocan salen del juego – les habla en forma muy seria. Ellos se alarman. Kurapica mira de reojo a al mayordomo que está a su espalda, Leorio también lo hace con el que está a su lado.

Goto: Conozco al amo Killua desde que nació. No estoy en posición de decir esto pero siento lo mismo que su padre cuando habla de personas como ustedes que quieren llevárselo muy lejos de nosotros – su ceño esta fruncido – Ahora, ¿Mano derecha o izquierda?

Kurapica: ¡Izquierda!

Goto apreta su mano izquierda y la abre dejando ver la moneda en su interior, deformada por el apretón.

Goto: En el teléfono la señora era tan débil que parecía que iba a desaparecer. Probablemente le permitió al amo Killua irse aunque debe estar sintiendo que su corazón está roto y no puedo soportarlo – lanza la moneda a la mesa y mientras saca otra de su bolsillo les dice – Antes que el amo Killua llegase tomé una decisión. Los juzgaré a mi manera y les  advierto que ninguno podrá negarse – al decir esto los cuatro mayordomos sacan una espada. El que está al lado de Kurapica toma a Cannary amenazándola con la cuchilla en su cuello.

 

Leorio: ¡Usted!

Gon se levanta en dirección a Cannary.

Goto: ¡Quietos! Si hacen otro movimiento le cortaré la cabeza. Es una muñeca que no sirve para nada. Ni siquiera pudo cumplir con su trabajo. No vale la pena que siga con vida.

Kurapica: ¡Gon! – Gon se sienta.

Goto: ¡Escuchen! Les advierto que el que de ahora en adelante cometa un error quedará fuera. Si los tres pierden antes que el amo Killua les diré que los tres siguieron adelante, que se fueron a un lugar donde el nunca podrá visitarlos. Es ya una gran cosa que les haya permitido vivir. Ahora, sólo contesten a mis preguntas como si fueran muñecos de cera.

Kurapica: ¡Entendido, ya puede comenzar!

Goto lanza la moneda al aire y sus manos se mueven mucho más rápido esta vez.

Goto se adelanta un poco para tener mejor visión – ‘Es demasiado rápido’

Kurapica: ‘Lo está haciendo muy rápido, alguien normal no lo alcanzaría a divisar’

Leorio: ‘No, es demasiado rápido para poder verlo’

Goto atrapa la moneda – Bueno, ¿en qué mano?

Los tres se miran, ninguno está seguro de donde cayó la moneda.

Goto: Contesten a la cuenta de 3 o se arrepentirán de no hacerlo. 1... 2... 3... ¡Hey! ¡Córtenle la cabeza!

Mayordomo: De acuerdo.

Leorio: Un momento, en la mano izquierda.

Gon: En la derecha.

Kurapica: En la derecha.

Goto muestras ambas manos. La moneda estaba en la derecha – Bueno, una persona sale.

Leorio se echa hacia atrás – Por Dios, sólo quedan ustedes.

Goto: De nuevo – Kurapica y Gon miran la moneda, pero este último no puede verla. La moneda es atrapada - ¿Cuál mano?

Kurapica y Gon se miran.

Kurapica: Yo digo que en la derecha.

Gon: Entonces yo digo que en la izquierda.

Goto: Aún así, tan sólo están adivinando y dicen ambas opciones. Yo les digo que tan sólo uno puede quedarse en el juego – abre sus manos – La respuesta correcta es izquierda y ahora sólo nos quedamos con una sola persona.

Kurapica lo mira – ‘Gon’

Leorio también lo mira – ‘Tu instinto natural es nuestra única esperanza’

Goto: Aquí voy – lanza la moneda.

Gon: Espere un minuto.

Goto atrapa la moneda - ¿Qué pasa? Si estás tratando de ganar tiempo la mataré.

Gon: No, no es eso. Sólo quiero ese cuchillo sin ninguna mala intención, ¿puedo, no? No se preocupe – se saca el parche de su ojo izquierdo – No haré nada malo, ¿de acuerdo?

Goto: De acuerdo.

Gon es seguido de cerca por uno de los mayordomos que lo apunta todo el tiempo con su espada. Toma el cuchillo de la mesita y se hace un corte en el párpado.

Kurapica: ‘Entiendo, deja salir la sangre para que salga la hinchazón’

Gon deja el cuchillo en la mesa.

Goto recuerda unos momentos antes cuando llegaron todos a la mansión.

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Goto está en una habitación, con Cannary y otro de los mayordomos.

Goto: ¿Por qué dejó su posición, ah?

Cannary: El señor Gon es amigo del amo Killua y vino hasta aquí a visitarlo, eso es todo lo que puedo...

Goto: No estoy preguntando eso Cannary. ¿Por qué les ayudó a evadir todas las trampas y por qué los condujo hasta aquí?

Cannary: Pero, por favor, necesito que me escuche.

Goto: ¡¿Qué?!

Cannary: El señor Gon es un amigo muy especia del amo Killua, así que me atreví a conducirlo hasta aquí.

 

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Gon: Muy bien, ahora sí – el ojo de Gon está deshinchado y puede ver – Ya puedo ver, estoy listo.

Goto: Muy bien – lanza la moneda – esta vez Goto mueve sus manos mucho más rápido que la última vez. Gon no duda en responder

Gon: En la izquierda.

Leorio lo mira asustado –‘Si Gon se equivoca...’

Goto sonríe y abre su mano izquierda dejando ver la moneda – Eres bueno – se pone de pie – Ahora que te parece esto – los dos mayordomos a sus lados se acercan. Goto lanza la moneda y entre los tres forman una red de manos que atrapan la moneda. El dilema es averiguar quien se quedó con ella – Bueno – los tres muestran sus puños – ¿Quién la tiene?

Leorio: ¿Quién Gon?

Gon sonríe – La tiene el hombre que esta detrás de la silla – dice, apuntando al mayordomo detrás de Leorio.

Leorio: ¿Qué? – mira al mayordomo.

Kurapica: ¿Seguro Gon? – también lo mira.

El mayordomo muestra su mano y en su interior la moneda.

El rostro de Goto se relaja – ‘Es maravilloso’ – comienza a aplaudir, junto a él, los demás mayordomos también aplauden y lo felicitan. En ese momento se escucha la voz de Killua.

Killua: ¡Goto!

Gon: Killua.

Goto: Bueno, lamento haberles jugado una broma tan pesada señores, pero espero que la hayan disfrutado. Sólo quería ayudarles a pasar el tiempo, les pido una disculpa.

Kurapica: Sus amenazas sólo eran para que el juego fuera más divertido, ¿cierto?

Goto: Sí.

Leorio: Vaya – dice, mirando la hora – Realmente duró demasiado tiempo. Bueno, estoy impresionado por su actuación – se tira en el sillón – ¿Y sabe? Quedé agotado.

Goto: Lo lamento mucho, señor.

Leorio: No se preocupe.

La puerta se abre y aparece Killua, Gon se levanta del sillón y lo llama.

Gon: Ah, ¡Killua!

Killua: Gon

Ambos corren y se encuentran a medio camino.

Killua: Me alegra verte, qué bueno que vinieras.

Gon: Si.

Killua: ¿Qué te pasó? ¡Luces horrible!

Gon: Tu también Killua.

Killua: Y ustedes, déjenme ver... Kurapica y Reorio.

Leorio: Leorio.

Kurapica: ¿Ves a alguien más?

Killua: Y hablando de eso, aún es temprano pero quiero que nos marchemos de inmediato. No importa qué rumbo tomemos, si nos quedamos mis padres comenzarán a molestarme. Ah, lo olvidaba. Goto – lo apunta – Escucha, sin importar que te haya dicho mi madre ¡No me sigas!

Goto: Entendido señor, que tenga un bun día. Bueno, ya se van. ¡Prepárenlo todo!

Mayordomos: ¡Sí, señor!

 

Killua se acerca más a Gon – Bueno Gon, ¿podemos irnos?

Gon: Espera Killua... Señorita Cannary, no se preocupe por Killua, lo cuidaré.

Cannary: Ah, sí, por favor. Cuídelo.

Killua: Eso no es importante, salgamos de aquí pronto.

Goto mira a Cannary y luego a los demás – Cannary, tu trabajo...

Cannary: ¿Si?

Goto le indica la patineta que sostiene uno de los mayordomos.

Cannary: Entiendo – corre a buscarla.

Goto: Amo Killua, por favor, espere.

Killua: ¿Qué ocurre Goto? ¿Ya lo olvidaste? Me iré aunque intentes detenerme.

Goto: Cannary tiene algo para usted.

Cannary: Amo Killua, esto es...

Killua: Así es, si quieres quédate con ella Cannary. Adiós.

Cannary: Ah claro, lo entiendo.

Gon se devuelve y va donde Goto.

Gon: Señor Goto.

Goto: ¿Qué pasa señor Gon?

Gon: ¿Ahora que Killua no está lo va a extrañar?

Goto: La verdad señor Gon es que nosotros los mayordomos no experimentamos ninguna emoción especial por nuestros amos.

Gon: Mentiroso, buuu – le dice sacándole la lengua.

Goto: ¿Señor Gon? – lanza una vez más la moneda – ¿En cuál mano está?

Gon: En la izquierda – Goto abre sus manos y la moneda aparece en su mano derecha – ¿Eh? ¿Bromea?

Goto: Sí, es sólo un truco. El mundo a veces es muy injusto. Señor Gon, por favor, tenga cuidado y por favor cuide al amo Killua.

 

 

Los cuatro amigos viajan juntos en un tren. Ya es de noche.

Killua: Sí, a mi también me engañó. Cuando finalmente me reveló el truco era tan simple que me puse furioso.

Kurapica: Probablemente sea algo como eso, Gon – Kurapica lanza una moneda al aire - ¿En cuál está?

Gon: ¿En cuál mano? En tu mano izquierda.

Kurapica abre las manos y muestra la moneda que está en su mano derecha.

Gon: ¡Qué! ¿Pero cómo? ¿Killua, tu lo sabías?

Kurapica: Es muy simple Gon. Goto siempre tuvo dos monedas, tenía escondida una moneda en su mano derecha y la otra la lanzó al aire así – lanza la moneda – Él hace que el jugador vea que la atrapó con la izquierda. En ese momento utiliza una técnica. Cuando pregunta en qué mano está, debe levantar los puños por encima de los ojos del jugador y deja caer la moneda cuidadosamente al interior de su mano.

 Gon esta sorprendido con esta revelación.

Killua: Exactamente.

Gon: Eso me pone furioso.

Killua: Bueno, yo creo que sólo utilizó ese truco la última vez, aunque se trataba de un juego a Goto no le gusta hacer trampa.

Gon: Apuesto que no.

 

Mientras los otros duermen, Killua y Gon ven el paisaje nocturno, a través de la ventana, tirados sobre la cama.

Gon: ¿Killua? El señor Goto es un buen sujeto, ¿no?

Killua: ¿Qué te hace pensar eso?

Gon: Sólo tengo ese presentimiento.

Killua: No se si sea buena persona o no, pero estoy seguro que odia las trampas.

Gon: Eso fue lo que pensé. Debe ser muy peligroso furioso.

Killua: Así es, puede convertirse en una pesadilla si te persigue con una espada y esa mirada.

Gon: ¿Qué? Pero me alegra esto.

Killua: ¿Qué cosa?

Gon: El volverte a ver, Killua.

Killua: Ah, eso.

Gon: Porque creí que nunca más volvería a verte.

Killua: Es cierto, creí que nunca más volvería a verte, Gon.

Gon: Pero estamos aquí otra vez juntos.

Killua: ¡Sí!, papá me dio permiso y también le hice una advertencia a Goto así que no hay nada de qué preocuparnos. Puedo ir contigo adónde quiera.

Gon: ¡Sí!

 

 

En el aeropuerto. Los cuatro están juntos, de pie, conversando.

 

Leorio: ¿Qué piensas hacer, Gon?

Kurapica: ¿Buscarás a tu padre o regresarás a tu casa?

Gon: No – les muestra una placa con el número 44 – Iré a devolverle esta placa a Hisoka junto con un fuerte golpe en su horrible cara, luego me ocuparé del asunto de mi papá y el asunto de mi tía Mito-san.

Killua: Ya veo, a propósito, ¿dónde está Hisoka?

Gon: ¡No lo sé!

Killua: Que tonto.

Leorio: Eso pensé.

Kurapica: En cambio, yo si sé dónde está Hisoka.

Gon: ¿En serio, Kurapica?

Kurapica: Sí, claro. Me lo dijo él mismo, Gon.

Leorio: ¿Cuándo te enfrentaste con él?

Kurapica: No, mucho después.

Leorio: ¿Y cuándo?

Kurapica: Bueno, se lo pregunté después que la conferencia se terminó, Leorio.

 

Voz de Hisoka: Los estaré esperando en la ciudad de York, el 1° de Septiembre.

 

Leorio: ¿Qué? ¿En la ciudad de York?

Gon: ¿Si voy a la ciudad de York, Hisoka estará ahí?

Kurapica: Sí, estoy seguro que él aparecerá.

Gon: Pero si faltan más de 6 meses para llegar a Septiembre.

Killua: ¿Qué pasa en la ciudad de York?

Leorio: Bien, se realiza la subasta más grande del mundo.

Kurapica: Correcto. Se realizará del 1 al 10 de septiembre. Los objetos mas raros del mundo valorados como tesoros nacionales serán vendidos allí. Los monstruos de la avaricia estarán para calmar su deseo. Es el lugar del mundo donde hay más dinero circulando.

Leorio: ¿Hasta el Genei Ryodan estará allí?

Kurapica: Bueno, eso es posible. Al menos pienso que irán muchas personas conectadas con ellos.

Gon: ¿Kurapica, tu qué harás?

Kurapica: Bueno, creo que me voy a separar de ustedes aquí. Me alegro de haberte podido ayudar a encontrar a Killua. Necesito dinero para poder participar en la subasta.

Leorio: ¿Dinero?

Kurapica: Sí, lo que voy a hacer es buscar a una persona que quiera contratar a un Cazador.

Leorio: Ya veo.

Gon: Kurapica, encontrémonos en la ciudad de York, yo estaré allí.

Kurapica: Si llego a encontrar a Hisoka, le diré que se comunique inmediatamente contigo Gon.

Gon: Gracias.

Leorio: Bueno, Gon, yo también me voy a casa.

Gon: ¿Qué? ¿Te vas también?

Leorio: Ya sabes que mi intención desde un comienzo era ser doctor, así que con esto – dice, mostrando su licencia – Si logro pasar el examen estaré exento de pagar esa horrible suma. Entonces, creo que lo mejor es ir a casa a estudiar, jajaja.

Gon: Entiendo, te echaré de menos, pero tienes que hacerlo. ¡Muy buena suerte, Leorio!

Leorio: Gracias, Gon. Sabes, durante los últimos meses aprendí de ti lo que era tener valor. ¿Por qué no nos reunimos otra vez? Veamos, ¿qué te parece en la ciudad de York, el 11 de septiembre?

Gon: ¡Sí!

Kurapica: Estaré esperando ese momento, amigo.

 

Kurapica alarga su mano, Gon pone la suya sobre la de Kurapica, luego Leorio y finalmente Killua. Las cuatro manos están juntas. Cumplirán lo prometido. Luego cada uno se separa para seguir su camino.